V Premios Buenas Prácticas

SALUD MENTAL ESPAÑA

ACOMPAÑAMIENTO INTEGRAL PARA LA INCLUSIÓN SOCIAL DE JÓVENES CON PROBLEMAS DE SALUD MENTAL

CREADOR

null
Salud mental y población infantil, adolescente y juvenil

¿Qué se quería conseguir con el desarrollo de esta Buena Práctica?

Muchas personas jóvenes que sufren una primera crisis psicótica se desvinculan de sus entornos naturales y de su proyecto de vida, impidiendo su participación en la comunidad y su inclusión. Si no se interviene tempranamente, una vez que aparece el problema de salud mental, es probable que la persona desarrolle un peor pronóstico, mayor dependencia, aislamiento y exclusión social. Cuando este resulta el escenario vital de una persona, la familia normalmente se sumerge en un sufrimiento creciente que suele tender a desbordarse y desembocar en problemas graves de convivencia que terminan en institucionalización de las personas con problemas de salud mental, ya que no disponen de herramientas para facilitar la convivencia, lo que fomenta el bucle de problema de salud mental, exclusión social e institucionalización.

Nuestro programa pretende facilitar la recuperación del proyecto de vida, participación comunitaria e inclusión sociolaboral de personas jóvenes con un trastorno mental grave, potenciando su empoderamiento y responsabilidad y promoviendo una relación familiar positiva que ayude a sostener la estabilidad emocional de todos/as sus miembros con el objetivo de evitar el escenario arriba descrito.  Trabajamos desde una perspectiva multidisciplinar y comunitaria, trabajando en base a unos objetivos desarrollados conjuntamente con la persona usuaria, potenciando un trabajo sinérgico y de red, y siempre con la persona beneficiaria en el centro de su propia intervención. Nuestro equipo cuenta, además, con lo que consideramos un pilar importantísimo en el trabajo en salud mental: el perfil acompañante en primera persona (en adelante TeAM: técnico/a en apoyo mutuo) que acompaña desde un lugar de experiencia y empatía, sirviendo incluso como referencia positiva dentro de la experiencia de salud mental.

¿Qué se ha hecho para conseguirlo?

Actividades grupales:

  1. Grupo de encuentro de jóvenes: este grupo semanal se realiza los jueves por la mañana. Tenemos un convenio de colaboración con el Centro Municipal de Juventud de Trinitat para utilizar sus instalaciones y participar en sus actividades, también se desarrollan actividades comunitarias propuestas por los/as propios/as usuarios/as. Este grupo está coordinado por la psicóloga y participan también la trabajadora social y el voluntariado del programa. Disponemos de un grupo de whatsapp con los/as jóvenes para facilitar la interacción y recoger propuestas.
  2. Grupo multifamiliar: es un espacio terapéutico quincenal desarrollado en el CMJ Trinitat facilitado por la psicóloga y la trabajadora social en el que se reúnen simultáneamente varios núcleos familiares. Se comparten vivencias similares de las familias y se interviene sobre las dinámicas familiares para generar un cambio en los roles y conductas de la familia, ayudando a que la información fluya libremente con el fin de que los asistentes otorguen a la experiencia un significado favorable. Cuando alguna familia participa por primera vez, recibe información sobre los compromisos que deben adquirir los participantes para el buen desarrollo del grupo.

Actividades individuales: las acciones individuales que se van a llevar a cabo se plantean en el plan de recuperación de cada usuario/a, de modo que cada intervención es única y característica, tal y como sucede con los objetivos propuestos. Las intervenciones incluyen actividades como: desarrollo del plan, acompañamientos a recursos sociales, atención domiciliaria, atención psicológica, organización y trabajo en objetivos etc.

  1. Diálogos de anticipación-futuro: esta actividad se realiza al inicio de la intervención y se revisa anualmente. Es un encuentro realizado en el domicilio de la persona en el que participan los miembros de la familia, incluyendo a la persona usuaria, y se invita, si los hay, a profesionales que ya estén interviniendo con la persona. Con la consigna de situarse en un futuro, se pregunta a todas las partes qué ha sucedido durante este tiempo para que ahora las cosas estén bien. Con todo lo que aparece aquí construimos un plan basado en las necesidades, demandas, deseos y esperanzas de la persona usuaria y de su familia.
  2. Atenciones/acompañamientos a jóvenes: estas intervenciones pueden ser psicológicas, sociales o en primera persona (TeAM) y, al estar basadas en los objetivos específicos, tienen una estructura flexible y una temporalización propuesta conjuntamente con la persona usuaria. Estas atenciones se desarrollan a lo largo de todo el año de lunes a viernes.
  3. Atenciones a familias: estas intervenciones pueden ser psicológicas, sociales o en primera persona (TeAM). Tienen una estructura flexible y una temporalización propuesta conjuntamente con la familia. Estas atenciones se desarrollan a lo largo de todo el año de lunes a viernes.
  4. Coordinación con profesionales de referencia: la trabajadora social es la encargada, según la necesidad de la persona, de contactar con la red de profesionales referentes e iniciar la coordinación que tendrá, en tiempo y forma, una estructura concreta según cada caso. Esta actividad se desarrolla durante todo el año, de lunes a viernes.

¿Qué se ha conseguido?

El año pasado intervinimos con 28 familias, contabilizando un total de 112 personas beneficiarias directas. El impacto indirecto de la intervención se extiende a otros/as familiares y personas allegadas como consecuencia de la mejora en el clima emocional. También contamos como beneficiarias indirectas los/as profesionales de recursos comunitarios y socio-sanitarios con los que nos coordinamos y sensibilizamos.  Se realizaron 384 intervenciones individualizadas con jóvenes y/o familiares y 99 coordinaciones con recursos comunitarios y de salud mental: bien telefónicas o presenciales. 

A nivel de actividades grupales:

(1) Grupo de encuentro de jóvenes: la media de asistencia al grupo ha sido de 6 participantes.

(2) Grupo multifamiliar: la media de asistencia al grupo ha sido de 7 familias, (10 asistentes).  Los/as jóvenes con los que hemos intervenido están más empoderados/as y son más partícipes en su proceso de recuperación. La mayoría han descubierto nuevas motivaciones o han retomado el interés por antiguas aficiones. Todos/as están más ocupados (a distintos niveles) hoy que antes del inicio de la intervención y en ocupaciones que les resultan significativas.

En cuanto al tipo de actividades con las que están ocupando su tiempo, dependiendo de su proceso vital pueden ser de ocio, formativas o laborales:

(1) cuatro de los/as jóvenes han encontrado trabajo y otro/as dos están siendo acompañados/as en la búsqueda de empleo.

(2) cinco personas han iniciado o retomado actividades formativas a lo largo de 2021.

(3) más del 80% de los/as jóvenes están ahora vinculados al menos a un espacio comunitario (centros de juventud, actividades de ocio o deportivas, voluntariado, etc.)

Esta buena evolución en la mayoría de los casos junto a las intervenciones familiares desarrolladas, han favorecido un clima emocional en el hogar mucho más llevadero en el que hay muchos menos conflictos que antes, lo que a su vez ha mejorado el pronóstico clínico. Los/as jóvenes expresan sentirse más autónomos/as y demandar menos apoyo familiar, lo que facilita la mejora de este clima emocional al que nos referíamos. Los familiares refieren haber aumentado su esperanza con respecto al futuro y a las posibilidades de autonomía de sus familiares. La satisfacción general que tenemos con respecto a los resultados obtenidos es alta. También lo es para los familiares, que ven cómo los/as jóvenes se van reenganchando a una vida mucho más participativa y plena. Y por supuesto los/as jóvenes se suelen mostrar motivados/as y satisfechos/as por el acompañamiento y por haber encontrado nuevas y estimulantes oportunidades.

¿Qué ha mejorado gracias a la Buena Práctica?

Según la Encuesta Nacional de Salud 2011-2012, el 24,6% de la población valenciana adulta (≥15 años) presenta un riesgo de mala salud mental, siendo esta proporción mayor en  mujeres (28,7%) que en hombres (20,4%).

No se disponen de suficientes dispositivos sociosanitarios comunitarios para atender de una manera integral a las personas con TMG, lo que supone que muchas personas jóvenes que sufren una primera crisis psicótica se desvinculan de sus entornos naturales y de su proyecto de vida, impidiendo su participación comunitaria y su inclusión.   Llevamos desarrollando este programa desde 2007, habiendo atendido más de 300 personas jóvenes y sus familiares, los resultados demuestran que muchas de las personas con las que hemos trabajado tienen una menor tasa de ingresos hospitalarios y un aumento de la participación ciudadana (uso de espacios públicos, participación en actividades del barrio etc.). Mantenemos lazos con algunas de las personas con las que hemos trabajado para prestar un apoyo puntual pero la mayoría de altas realizadas en el programa son definitivas.  

Durante muchos años este modelo de trabajo ha sido novedoso, e incluso puesto en duda por modelos médicos más clásicos al no poner el problema de salud mental en el centro,sino a la propia persona, y entender el trastorno como una circunstancia vital y no identitaria. En otoño del 2021 se empezó a poner en marcha por parte de la Administración local un programa con un modelo muy similar al que nosotros/as venimos realizando desde hace 15 años, el SASEM (https://www.gva.es/es/inicio/area_de_prensa/not_detalle_area_prensa?id=975789), lo que, desde nuestro punto de vista, apoya la pertinencia de un proyecto como este y deja en evidencia que las metodologías comunitarias y multidisciplinares son el futuro en la salud mental. A lo largo del 2022 nos hemos reunido con distintos equipos SASEM de poblaciones de Valencia para compartir nuestra experiencia y generar sinergias.

¿Cómo se podría replicar en otras entidades?

Podemos ver como cada vez la metodología del programa se implanta en distintas entidades y se convierte poco a poco en un know-how para la salud mental. Si bien es cierto que este proyecto es específico de salud mental, consideramos que la metodología podría ser útil incluso en otros ámbitos, ya que como hemos dicho en muchas ocasiones, el foco de este proyecto está en la recuperación y la inclusión y no tanto en TMG en sí misma, por lo que consideramos que podría ser replicable en otros contextos y con otros colectivos en vulnerabilidad social. Los elementos esenciales para el buen funcionamiento serían:

  1. Trabajo en red con los profesionales/referentes de las personas usuarias.
  2. La persona usuaria dirige su proceso de recuperación mediante un plan de recuperación individualizado y los/as profesionales acompañan.
  3. Paradigma metodológico: acompañamiento terapéutico y diálogo abierto.
  4. Intervención comunitaria.

También el hecho de que el programa tenga una estructura muy concreta y unas bases metodológicas y teóricas claras 1) Tratamiento asertivo-comunitario 2) Acompañamiento terapéutico 3) Terapias multifamiliares, 4) Proyecto europeo EMILIA (Empowerment of Mental Illness Service Users: Lifelong Learning, Integration and Action) y 5) Diálogos abiertos y anticipaciones terapéuticas (Jaakko Seikkula) permite llegado el momento acudir a las bases para poder replicar la metodología de trabajo.