Votación

III Premios Buenas Prácticas

SALUD MENTAL ESPAÑA

null

¿Quieres votar por esta Buena Práctica?

CONSTRUYENDO EN SALUD MENTAL: SENSIBILIZACIÓN, FORMACIÓN Y APOYO EMOCIONAL EN TIEMPO DE CRISIS.

null
Cuidado y promoción de la salud mental frente al COVID

¿Qué se quería conseguir con el desarrollo de esta Buena Práctica?

En FEAFES Melilla somos conscientes de que muchas personas están sufriendo de una forma u otra los efectos del COVID-19: tanto las personas que han sufrido de forma directa las consecuencias del virus/enfermedad, como aquellas otras que han visto perjudicadas en alguna medida su salud mental debido al estrés y ansiedad que, generadas por el propio confinamiento, la incertidumbre económica, laboral o de cualquier otro tipo.

Por este motivo y no queriendo dejar de lado el objetivo de origen de la asociación, que es la promoción de la salud mental y la prevención de patologías asociadas, tras el confinamiento y en las primeras fases de la “nueva normalidad”, pusimos en marcha el proyecto piloto Construyendo en Salud Mental, con la finalidad de ser un agente de apoyo a las personas que lo necesitan en lo que va a ser el regreso a la calma y a la normalidad.

El proyecto consistía en un servicio de información, orientación y acompañamiento, de duración temporal, dirigido a los y las melillenses en el proceso de la vuelta a la normalidad y a su rutina.

Facilitándole el apoyo de un equipo multidisciplinar, encargado tanto de un soporte psicológico como el de acompañamiento a salidas, visitas en el domicilio, así como la incorporación, más adelante, a las propias actividades que se realizan en grupo en la asociación.

También, específicamente, crear un itinerario de mejora y alivio para aquellas personas que ya padecía algún problema de salud mental y que se ha visto agravado en estas circunstancias, derivando a los recursos ya existentes en la asociación.

Posteriormente, debido a la gran demanda y, de nuevo, con las consecuencias de la segunda ola, decimos dar un paso más allá y hacer evolucionar este programa haciéndolo llegar a la ciudadanía melillense en su conjunto de dos formas distintas.

En primer lugar, haciéndonos eco del lema escogido por la Confederación para el Día Mundial de la Salud Mental 2020, dimos forma a una campaña en medios de comunicación y redes sociales denominada “Salud Mental y Bienestar, una prioridad global”, que buscaba concienciar sobre la importancia de dotar a la salud mental de recursos, cuidarla, y también unir a otras entidades y medios como muestra de apoyo a este mensaje.

En segundo lugar, se pusieron en marcha dos formaciones online, sobre gestión de emociones en situaciones de crisis y gestión de duelos, para ayudar a paliar algunos de los efectos más duros que deja tras de sí la pandemia.

Posteriormente, pusimos en marcha nuestra primera Formación de Voluntariado en Salud Mental, con el fin de crear una mayor red de apoyo que ayude a integrar socialmente al colectivo de personas con trastorno mental en la comunidad, a la vez que apoyen la labor de los monitores y contribuyan a ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas afectadas y la de sus familiares.

¿Qué se ha hecho para conseguirlo?

Para conseguirlo, pusimos en marcha un servicio de información, orientación y acompañamiento dirigido a los y las melillenses que vieran afectada su salud mental debido a las consecuencias de la pandemia, facilitándoles el apoyo de un equipo multidisciplinar, encargado tanto de un soporte psicológico como de acompañamiento a salidas y visitas en el domicilio.

Se realizaron actividades tanto individuales como en grupos reducidos, con la finalidad de generar espacios de comprensión, alivio y rehabilitación psicosocial y promover recursos de afrontamiento y autonomía.

Para aquellas personas que preferían mantenerse en sus hogares y en los momentos en los que la actividad presencial era imposible, facilitamos unos cuadernillos, denominados ACTIVA-MENTE con dos modalidades: uno para la estimulación cognitiva y otro el trabajo y la gestión de emociones.

Haciéndonos eco del lema escogido por la Confederación para el Día Mundial de la Salud Mental 2020, dimos forma a una campaña en medios de comunicación y redes sociales denominada “Salud Mental y Bienestar, una prioridad global”, con la finalidad de crear conciencia sobre la importancia de dotar a la salud mental de recursos, cuidarla, y también unir a otras entidades y medios como muestra de apoyo a este mensaje.

Esta campaña incluyó la aparición en distintos medios de comunicación locales, la difusión de material informativo a través de nuestras redes sociales, la participación y suma de otras entidades y organizaciones del tercer sector de la ciudad con la difusión del cartel del Día Mundial y el lema escogido, y dos mesas informativas en dos puntos distintos de la ciudad.

También, la difusión de tres vídeos protagonizados cada uno por una persona con experiencia en salud mental en primera persona, un familiar y una técnica de la asociación, que reclamaban, desde su experiencia, más recursos en salud mental para Melilla.

Destinados a la ciudadanía en su conjunto, se desarrollaron dos formaciones online, sobre gestión de emociones en situaciones de crisis y gestión de duelos, de 20 horas de duración cada uno, para ayudar a paliar algunos de los efectos más duros que deja tras de sí la pandemia y facilitar estrategias para de superación y alivio.

Teniendo en cuenta la gran incidencia de este programa, vimos la necesidad de poner en marcha nuestra primera Formación de Voluntariado en Salud Mental, con el objetivo de crear una mayor red de apoyo que ayude a integrar socialmente al colectivo de personas con problemas de salud mental en la comunidad y luchar contra el estigma, a la vez que, apoyen la labor de los monitores y contribuyan a ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas afectadas y la de sus familiares.

Fueron beneficiarios de esta formación, diez jóvenes que hoy en día son personas voluntarias activas de la asociación.

¿Qué se ha conseguido?

Al inicio de este programa nos planteamos como objetivo ser un agente de apoyo ante la situación de crisis que estamos viviendo, llegando a sectores de la sociedad que hasta el momento no conocían nuestra labor y que, debido a las circunstancias que vivimos, han visto perjudicada su salud mental, además de seguir manteniendo un trabajo de seguimiento y de estabilidad para nuestros personas usuarias, que también habían visto agravadas sus patologías previas, esto se ha conseguido en gran medida.

Por una parte, el número de intervenciones totales a lo largo de los últimos meses con la puesta en marcha de este programa ha aumentado prácticamente el doble en comparación con años anteriores.

Las personas beneficiarias también, siendo muy diversas sus demandas, pero destacando aquellas necesidades de apoyo psicológico y emocional, pero también las relacionadas con las orientación y guía ante las distintas medidas que se iban tomando y, especialmente, ante la situación de vulnerabilidad y desorientación surgida ante el cierre total o parcial de las Administraciones.

Hemos conseguido afianzar, crear, una vía de contacto y coordinación con otros servicios comunitarios o entidades del tercer sector, que nos han derivado casos para un trabajo más trasversal.

Con la campaña de sensibilización por el Día Mundial de la Salud Mental y la promoción de las tres formaciones (voluntariado en salud mental, gestión de emociones y gestión del duelo) hemos conseguido llegar a sectores de la sociedad que de otra forma se nos resisten, como es el caso de la juventud, que ha respondido rápidamente y con gran interés a las actividades propuestas.

Hemos trabajado la sensibilización, pero también una mayor conciencia. En el caso de la Formación de voluntariado, podemos afirmar que dentro de la asociación se ha creado ya un grupo, una red de apoyo, de jóvenes con conciencia y sensibilidad en salud mental.

Como en todos los programas que ponemos en marcha, creímos necesaria la participación de personas con experiencia propia en salud mental y de sus familias, escuchando sus demandas e ideas, y facilitando espacios donde fueran ellos y ellas quienes tuvieran voz y fueran oídas.

Han sido también los principales evaluadores de las acciones y actividades propuestas, quienes nos han servido de guía en cuanto a las necesidades que podrían ser extrapolables a las sentidas por la ciudadanía melillense en general.

¿Qué ha mejorado gracias a la Buena Práctica?

Tanto nuestra visibilidad como repercusión se han visto aumentadas con la puesta en marcha de este programa. Esto ha hecho posible que llegáramos a sectores que, hasta el momento, se nos habían resistido como es el caso de la juventud.

Esta repercusión y visibilidad han sido muy importantes sobre todo porque personas que han podido necesitar de nuestros servicios, ya sean personas con experiencia propia o familiares o allegados, han sabido de nuestra asociación y hemos podido ser un recurso de apoyo para ellos y ellas.

Se ha incrementado la participación de las personas con experiencia propia en salud mental y, sobre todo, de sus familias, en la realización de las distintas actuaciones, destacando especialmente las de sensibilización.

Ha servido también para poner en marcha recursos que hasta el momento no nos habíamos planteado tener, como es el caso de la plataforma de formación online, o la potenciación de las redes sociales como una vía para dar a conocer la labor de nuestra asociación.

Hemos ampliado nuestro equipo humano con la incorporación de un grupo de voluntarios y voluntarias con formación en salud mental, de forma oficial.

Destacamos también una mayor coordinación con otras asociaciones y entidades del tercer sector, yendo más allá de las dedicadas al colectivo de discapacidad, lo que facilitará en el futuro un mejor trabajo, más trasversal, de cara a las distintas situaciones de vulnerabilidad y discriminación que pueden vivir las personas con un problema de salud mental.

En conclusión, hemos reforzado los recursos que hasta el momento llevábamos a cabo ganando en mucho en eficacia y efectividad gracias a este empujón hacia la modernización.

¿Cómo se podría replicar en otras entidades?

Es fácilmente aplicable en todo el territorio español, debido a su bajo coste y su gran repercusión.

Objetivamente no necesita una infraestructura costosa, ya que muchas de las acciones se han llevado a cabo mediante vía telemática y online, con mucho material en formato digital.

Sí supone, quizás, un esfuerzo extra del personal técnico de las entidades, que debido a las circunstancias sobrevenidas de la pandemia se ve obligado a innovar y adaptarse a las nuevas circunstancias y demandas.

null

¿Quieres votar por esta Buena Práctica?