Votación IV Premios Buenas Prácticas

SALUD MENTAL ESPAÑA

“DECONSTRUYENDO EL GÉNERO DESDE SALUD MENTAL”

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Salud mental y género

¿Qué se quería conseguir con el desarrollo de esta Buena Práctica?

Las mujeres con problemas de salud mental parten de una situación de múltiple discriminación (el mero hecho de ser mujer, el rol social/cultural que se les asigna; tener una discapacidad y, la imagen social estigmatizada de la salud mental), lo que las hace especialmente vulnerables y aumenta el riesgo de rechazo, aislamiento y exclusión social.  Durante mucho tiempo, la dimensión de género ha estado excluida de las cuestiones relacionadas con la salud mental. Para el imaginario colectivo, las mujeres con discapacidad han sido consideradas durante años como objetos que debían ser atendidos, pero nunca como sujetos titulares de derechos y, protagonistas de su propia historia.  El estigma social afecta a las mujeres con problemas de salud mental cada día, con implicaciones negativas en su calidad de vida, tanto por la discriminación y rechazo de quienes les rodean y de la sociedad, llegando a condicionar el relato de estas mujeres (poca credibilidad y se las descalifica cuando sufren y argumentan algún tipo de abuso o violencia. Llegando incluso a justificar al agresor), así como por las implicaciones debidas a su propio auto rechazo (autoestigma). Las mujeres que sufren problemas de salud mental se enfrentan a su propio autoestigma, donde interiorizan y asumen los prejuicios sociales. Esto desemboca en una percepción negativa de ellas mismas y creen que son merecedoras de dicha discriminación. Cuando una mujer con problemas de salud mental interioriza la estigmatización, queda marcada su identidad y les genera sentimientos negativos de sí mismas, su autonomía y su capacidad como mujeres. Igualmente es fundamental poner el foco sobre las situaciones de maltrato de las mujeres con TMG, ya que partimos de que las personas con TMG son especialmente vulnerables y esta vulnerabilidad se agrava cuando introducimos la variable género, lo que hace que las mujeres con TMG tengan mayor probabilidad de padecer violencia de género, que las mujeres sin un diagnóstico de TMG.  Muchos de estos factores tienen causas de origen social, por lo que desde la asociación incorporamos espacios donde se pueda trabajar para minimizarlas, visibilizando y reconociendo estas desigualdades por parte de todas las personas miembro de nuestra entidad desde sus diferentes posiciones.  Trabajar el empoderamiento de las mujeres (entendido este como la capacidad para incrementar su autoconfianza, poder y autoridad para decidir en todos los aspectos que afectan a su vida), trabajar en la identificación y modificación de los roles masculinos que ayudan a mantener estas desigualdades en pro de la adquisición de nuevas masculinidades, en la sensibilización en igualdad de la sociedad teniendo también presente los diferentes factores influyentes, etc. Se convierte en una necesidad urgente del momento el incorporar la perspectiva de género en la intervención desde la asociación, trabajando en el empoderamiento de las mujeres y la deconstrucción del género en espacios de trabajo que fomenten la igualdad de oportunidades y el camino para emprender acciones concretas que promuevan nuevos roles e identidades que contribuyan a un desarrollo pleno de las relaciones igualitarias, equitativas y de buen trato.

¿Qué se ha hecho para conseguirlo?

Grupo de empoderamiento para mujeres con problemas de salud mental. Espacio de empoderamiento dirigido exclusivamente a grupos de mujeres, prestando especial atención entre sus contenidos las diferentes opresiones o discriminaciones existentes, a la violencia sexista contra las mujeres, la sexualidad, la autoestima, y la importancia de la participación social. Para ello, creamos un espacio destinado a favorecer la promoción integral de las mujeres con discapacidad, potenciando su desarrollo personal y facilitando su participación sociocultural, a través de la formación en materia de género que permita generar este espacio de empoderamiento para mujeres con problemas de salud mental en la defensa de sus derechos y la igualdad de oportunidades. Del mismo modo se trata de un espacio de intercambio de experiencias en primera persona, donde se aportan estrategias para que sean las propias mujeres las principales agentes de sus vidas, en la medida de sus posibilidades reales. Realizando un análisis de cómo afecta el género en sus vidas. Con espacios de formación como este intentamos que las mujeres con discapacidad, concretamente con diagnósticos en salud mental en este caso, sean conscientes de la discriminación múltiple a la que están sometidas y puedan adquirir herramientas que les permitan ejercer sus derechos. Se desarrolla en colaboración con las compañeras del Espacio de Igualdad María Telo.  Grupo de nuevas masculinidades para hombres con problemas de salud mental. Espacio grupal para hombres con el objetivo de promover masculinidades alternativas respetuosas e igualitarias. Donde se pueden identificar los valores de la masculinidad tradicional, conocer las diferentes masculinidades alternativas y sus valores, crear un espacio de reflexión sobre las ventajas y desventajas de ser hombre en nuestra sociedad, etc. Programa desarrollado en colaboración con las compañeras del Espacio de Igualdad María Telo.  Grupo de corresponsabilidad en los cuidados (personas cuidadoras). Generalmente suelen ser las familias las encargadas del cuidado de las personas con problemas de salud mental, principalmente siendo mujeres en su gran mayoría las responsables de dichos cuidados. En los servicios de apoyo dirigidos a las familias de personas con problemas de salud mental, solemos encontrar un perfil altamente feminizado, en consonancia con el rol cuidador que desempeñan las mujeres en nuestra sociedad. Esto hace necesario un trabajo con las familias de sensibilización en género que provoque en padres y madres una conciencia sobre la necesidad de corresponsabilidad en los cuidados. Del mismo modo, en estas acciones de formación para familias se debe incluir la realidad de las mujeres que sufren en primera persona un problema de salud mental para evitar la sobreprotección, garantizando la igualdad de oportunidades.  Acciones de sensibilización en género y salud mental. Trabajo de sensibilización externo donde poder visibilizar a la sociedad en general estas realidades para conseguir el máximo alcance posible. Son espacios grupales destinados a la información, formación y reflexión conjunta de las situaciones a las que se enfrenta el colectivo por el hecho de padecer un trastorno mental grave y, como el género atraviesa estas situaciones dejando en una situación de mayor vulnerabilidad y riesgo a las mujeres.

¿Qué se ha conseguido?

– Garantizar el acceso y participación de mujeres a recursos y grupos de apoyo (crear en las asociaciones grupos exclusivamente de mujeres).
– Empoderar, formar y sensibilizar a las mujeres con trastorno mental en materia de igualdad de género.
– Consolidar la igualdad por medio del trabajo continuo y transversal tanto con las mujeres como con los hombres de nuestra entidad.
– Ofrecer herramientas que ayuden a identificar situaciones que generen desigualdad de género.
– Ofrecer herramientas que ayuden a modificar y reaprender las construcciones sociales desigualitarias por género impuestas y aprendidas tanto en mujeres como en hombres.
– Promover la formación y capacitación integral en igualdad de género en nuevos roles e identidades que contribuyan a la igualdad de género y no discriminación.
– Difundir una cultura de la corresponsabilidad de hombres y mujeres en el cuidado.
– Impulsar la participación de los hombres en los programas relacionados con el cuidado, desde una óptica de nuevas masculinidades, en la asunción de los valores propios de la ética del cuidado.
– Sensibilizar a las familias de la importancia de la participación social de las mujeres con trastorno mental. Trabajar con ellas para evitar la sobreprotección en favor del reconocimiento de capacidades.
– Promover y apoyar la generación de redes de contacto y coordinación entre las organizaciones, entidades e instituciones en pro de la igualdad.
– Informar sobre los recursos de género y/o violencia de género existentes desde dos perspectivas: preventiva y de acción para dar una respuesta adecuada a las necesidades de apoyo que puedan darse.
– Sensibilizar a la sociedad de la realidad existente desde la interseccionalidad.
– Programar las actividades en horarios que posibiliten la conciliación de la vida personal, familiar y laboral.
– Sensibilizar a los organismos que trabajan por la igualdad entre mujeres y hombres de la necesidad de que se incrementen los recursos públicos existentes para el cuidado de personas con trastorno mental, con el objetivo que se incremente la corresponsabilidad social en este ámbito.

¿Qué ha mejorado gracias a la Buena Práctica?

Con espacios de formación como estos hemos conseguido que las mujeres con discapacidad, concretamente con diagnósticos en salud mental en este caso, sean conscientes de la discriminación múltiple a la que están sometidas y, vayan sabiendo identificar y poner freno a estas situaciones adquiriendo las herramientas necesarias para garantizar el ejercicio pleno de sus derechos. Se ha conseguido sensibilizar también a los hombres de la entidad en el papel activo que tienen ellos en el trabajo en igualdad, asumiendo la importancia de su contribución en este proceso de cambio, desde un trabajo continuo de reflexión y deconstrucción del género. A través de la creación de los espacios de trabajo para familias y/o personas cuidadoras con perspectiva de género, se ha percibido una mayor incorporación masculina a estas labores en los últimos años, impulsando la participación de los hombres en los programas relacionados con el cuidado, desde una óptica de nuevas masculinidades.  Y por último, con las acciones de sensibilización conseguimos una concienciación y denuncia a nivel social del mayor riesgo que tienen las mujeres con problemas de salud mental de sufrir violencia, la falta de corresponsabilidad en los cuidados, el desigual acceso a los recursos, la escasa participación, la menor derivación y el menor reconocimiento de la mujer, logrando poco a poco el empoderamiento y capacitación de las mismas, consiguiendo del mismo modo incidir en la visión que los hombres tienen en este aspecto, fomentando su capacitación en el papel activo de la deconstrucción del género hacia una igualdad efectiva entre hombres y mujeres.

¿Cómo se podría replicar en otras entidades?

Estableciendo espacios de trabajo en género con profesionales expertos/as en la materia que ayuden a establecer grupos de formación en materia de igualdad de género en salud mental, con el objetivo de que las mujeres con problemas de salud mental puedan empoderarse siendo las dueñas de su propia vida y reconcomiéndose como sujetos de pleno derecho, los hombres puedan hacer un trabajo de deconstrucción en favor de la adquisición de nuevos roles que permitan desarrollar nuevas masculinidades en favor de la consecución de una igualdad efectiva de género y, hacer un trabajo con las personas cuidadoras donde se ponga la lupa en la necesidad de reconocer los mismos derechos en las personas con problemas de salud mental independientemente de su género, a la vez que se trabaja en la importancia de la corresponsabilidad en los cuidados.