V Premios Buenas Prácticas

SALUD MENTAL ESPAÑA

EMOCIONAL-MENTE. CAMPAMENTO URBANO INTERGENERACIONAL

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Salud mental y población infantil, adolescente y juvenil

¿Qué se quería conseguir con el desarrollo de esta Buena Práctica?

El proyecto Emocional-mente, es un proyecto intergeneracional, enmarcado en la puesta en marcha de un campamento urbano para niños, niñas y personas usuarias. Sus objetivos principales son promocionar y sensibilizar sobre la importancia de cuidar nuestra salud mental en la población infantil y generar un contexto de aprendizaje emocional e intergeneracional con la participación directa de personas adultas usuarias de la asociación, ofreciéndoles una actividad diferente de las que se llevan a cabo durante el año en el proceso de intervención y apoyo psicosocial que se les ofrece desde la asociación. 

Además, se convierte en un recurso comunitario para las familias cuyos padres y madres trabajan y necesitan espacios o servicios que les permitan cubrir la atención y cuidado de sus hijos e hijas. 

Emocional-mente es un proyecto que se enmarca dentro de las actuaciones que la asociación FEAFES Salud Mental lleva a cabo en materia de sensibilización y promoción de la salud mental. Formaría parte de las funciones propias de la asociación en cuanto al desarrollo de actividades que fomenten el aprendizaje y la participación en la comunidad de las personas usuarias como proceso de rehabilitación psicosocial. 

La idea de esta buena práctica basa su justificación en que, teniendo en cuenta que la salud mental es un estado de bienestar que engloba la parte emocional, psicológica y social, la educación emocional desde la infancia es fundamental para adquirir herramientas que nos ayuden a afrontar situaciones difíciles y prevenir así problemas de salud mental, mediante la identificación, autoconocimiento, autogestión emocional, desarrollo de la autonomía y la autoestima.  Así mismo, generar contextos de educación emocional en grupo fomenta el desarrollo de habilidades sociales, de la tolerancia, empatía, y permite poner en práctica el aprendizaje emocional, aprender a resolver conflictos, etc. Este proyecto, además, potencia el trabajo de eliminación de estigmas e inclusión social que se realiza con los usuarios y usuarias de la asociación, ya que su participación y colaboración en las actividades es uno de los principales objetivos de esta buena práctica.

¿Qué se ha hecho para conseguirlo?

Para conseguir lo que se pretendía con esta iniciativa, se ha organizado un campamento urbano para niños y niñas de 6 a 10 años, de una semana de duración, con la participación de usuarios de la asociación, generando un contexto de integración y educación intergeneracional. La planificación de sus actividades se ha basado en el desarrollo de la inteligencia emocional y el cuidado de la salud mental, atendiendo a los siguientes contenidos y objetivos específicos:

Conocer y aprender sobre la salud mental y su cuidado.

Dar pautas y adquirir hábitos saludables que favorezcan nuestra salud mental.

Conocer e identificar las emociones.

Aprender a gestionar las emociones.

Aprender herramientas de control de impulsos.

Desarrollar habilidades sociales (comunicación verbal, no verbal, escucha activa, tolerancia y empatía).

Favorecer el auto-concepto y la autoestima.

Fomentar el desarrollo de estrategias para la toma de decisiones y resolución de conflictos.

Realizar actividades creativas que potencien las capacidades individuales, la expresión emocional, el desarrollo de alternativas, etc. 

Realizar juegos y dinámicas de grupo que complementen los objetivos anteriores.

Fomentar la integración social y mejorar la autoestima de usuarios y usuarias.

La organización, planificación y desarrollo de las actividades para alcanzar los objetivos ha seguido una metodología basada en el aprendizaje a través del juego. Con una intervención que alternará el modelo directivo en cuanto a la planificación de las actividades pautadas por los y las profesionales y el modelo participativo, dando libertad en el desarrollo de las actividades y ofreciendo flexibilidad, dando cabida a modificaciones siguiendo las necesidades e intereses del grupo y valorando su implicación de esta forma. La organización diaria de las actividades se planifica siguiendo una continuidad de los contenidos que se trabajen. 

Así, todas las mañanas se realiza una asamblea para presentar el tema del día, repasar lo aprendido el día anterior, expresar sus emociones, ayudar a resolver conflictos que hayan surgido dentro y fuera del campameno, etc.

Con el desarrollo de la programación de este proyecto se trabajarán diferentes aspectos relacionados con la inteligencia emocional. Partiendo de la explicación de los conceptos salud mental y emociones, se realizarán actividades para aprender la importancia de saber gestionar nuestras emociones, cuidar nuestra salud mental, se trabajarán las habilidades sociales (comunicación verbal y no verbal, escucha activa, habilidades sociales básicas, empatía) y también el auto concepto y la autoestima. A continuación, se realizarán dinámicas grupales, juegos y actividades de diferente índole (artísticas, plásticas, de expresión, de cohesión grupal, etc.) relacionadas con el tema. Enfocado al cuidado de la salud mental apoyándonos en sesiones de relajación y musicoterapia.  Asimismo, se dará tiempo de juego libre y descanso donde se observará la relación entre los niños y las niñas, si tienen en cuenta lo trabajado, orientando cuando surjan conflictos para que pongan en práctica las pautas dadas.

La implicación de los usuarios y las usuarias ha consistido en su participación directa en las actividades, juegos y dinámicas, formando grupo junto con los niños y las niñas, así como ayudando a los monitores y monitoras en la preparación y ejecución.

 

¿Qué se ha conseguido?

Con esta Buena Práctica se ha conseguido llevar a cabo un proyecto de promoción y sensibilización de la salud mental en la infancia, de integración social de las personas con problemas de salud mental y de visibilidad y eliminación de estigmas de este colectivo. Todo ello, mediante actividades que fomentan el desarrollo de la inteligencia emocional como base para generar herramientas para el cuidado de la salud mental y por tanto como medio de prevención de problemas de salud mental en un futuro.

Trabajando con las diferentes actividades y dinámicas el autoconocimiento, la gestión emocional, autoestima, habilidades sociales como la empatía, la escucha activa, etc. 

Algunas de estas actividades han sido: búsqueda del tesoro de las emociones, el bote de la calma, gymkana de hhss, cocina saludable en equipo, dinámicas de resolución de conflictos, etc. 

Además, todo esto también ha servido de refuerzo para nuestras personas usuarias, adultas, que debido a sus problemas de salud mental necesitan trabajar diariamente estas áreas. Esta buena práctica ha conseguido, a nivel rehabilitación,las personas que usuarias que se sentían frustradas, con baja autoestima, con poca autoconfianza, con picos depresivos, con problemas de socialización, con miedos para afrontar actividades por ellos mismos, etc., hayan sido capaces de saltar esas barreras, suponiendo está experiencia un impulso en su proceso de mejora. Se ha conseguido una implicación real por parte de las personas usuarias, en algunos casos han preparado actividades, han sido parte fundamental en el desarrollo de otras, o han participado en juegos y dinámicas junto con los niños y las niñas.

Se ha conseguido crear un espacio de aprendizaje en el ocio tiempo libre basado en el respeto, el cariño y la confianza. Ya que en el grupo que se formó, la interacción persona adulta-niño/a y las actividades llevadas a cabo han servido para que todas las personas implicadas disfrutasen de la experiencia. 

Esta buena práctica ha conseguido dar una imagen positiva sobre las acciones en materia de salud mental, acercando dichas acciones a actividades ya implantadas y tradicionales en la comunidad, favoreciendo la lucha contra el estigma.

¿Qué ha mejorado gracias a la Buena Práctica?

Gracias a este proyecto, se ha seguido dando visibilidad a la asociación FEAFES SALUD MENTAL Navalmoral, ya que ha despertado el interés de la población y los medios de comunicación locales que han dado difusión a este proyecto. Dar visibilidad a asociaciones de salud mental es fundamental para mejorar la imagen en salud mental, y potenciar así la lucha contra el estigma.

Este proyecto ha sido clave para esa lucha contra el estigma sobre las personas con problemas de salud mental, ya que han participado de forma directa con los niños y las niñas, quienes les han cogido un gran cariño. Y esto ayuda a reducir la imagen que se tiene de ser personas agresivas y peligrosas. 

Ha mejorado el concepto que se tiene sobre salud mental como algo a lo que solo le damos importancia cuando tenemos un problema. Con los conceptos y actividades planificadas se trabaja la salud mental como un aspecto básico en nuestra vida cotidiana que debemos atender y cuidar.

¿Cómo se podría replicar en otras entidades?

Otras entidades podrían replicarlo organizando y planificando campamentos urbanos en espacios públicos para fomentar la inclusión de las personas con problemas de salud mental en la comunidad. 

Para ello se deben organizar las actividades de acuerdo a unos objetivos, relacionados con la salud mental. Se deben diseñar actividades en las que se trabajen las distintas áreas de la salud mental como son la psicológica, emocional y social. 

Las actividades deben fomentar la inteligencia emocional y las habilidades sociales. 

Y todo el aprendizaje tiene que estar basado en el juego, no se puede olvidar que se trata de un proyecto de ocio y tiempo libre. 

En cuanto a la participación e implicación de personas con problemas de salud mental, se debe sondear el interés en formar parte de esta buena práctica, y una vez se tenga constancia el número de personas que desean participar, se organizará por horarios y actividades, para que no haya demasiadas personas adultas por cada grupo infantil. Para ello, será importante atender a las características de los grupos y de las dinámicas en las que participen, siendo aproximadamente de 3 a 4 personas adultas para un grupo de 8 a 10 niñas y niños, como máximo. También, según sus intereses o habilidades se les puede pedir que planifiquen alguna activad con apoyo de las personas monitoras o responsables, algo que se deberá incluir en la organización del campamento antes de su inicio. 

Por ejemplo, si a alguna persona usuaria se le da muy bien realizar manualidades podrá planificar una manualidad y enseñar a los niños y las niñas a hacerla. 

En el caso de que alguna entidad quiera llevarlo a cabo, habrá un proyecto base en el que apoyarse para la organización y planificación, así como actividades de ejemplo, explicadas con detalle. De esta forma se facilita la puesta en marcha de ésta buena práctica en salud mental.