V Premios Buenas Prácticas
SALUD MENTAL ESPAÑA

INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL DURANTE LA ERUPCIÓN VOLCÁNICA EN CUMBRE VIEJA EN LA ISLA DE LA PALMA


¿Qué se quería conseguir con el desarrollo de esta Buena Práctica?
Como consecuencia de la erupción del volcán en Cumbre Vieja y tras la destrucción de varios centros educativos, queríamos trabajar en las habilidades con las familias que se han visto afectadas emocional y psicológicamente, de manera que puedan desarrollar o seguir desarrollando su labor educativa dentro del ámbito familiar y que puedan realizar un seguimiento académico de sus menores. Propiciar un seguimiento a dichas familias para que, cuando lo necesiten, puedan realizar acciones como la búsqueda activa de empleo, trámites administrativos, consultas en Psiquiatría, en Psicología, acompañamiento y mediación. Al mismo tiempo posibilitar al alumnado un refuerzo y seguimiento de su desarrollo académico para que no se vea influido por el estado en el que ahora mismo se encuentran sus familiares directos. Para el profesorado, lo que intentamos es dar herramientas y una ayuda compensatoria, debido al nivel de desgaste que están sufriendo en la actualidad, y que nos hace sospechar que también hay que cuidar su estado emocional y social.
¿Qué se ha hecho para conseguirlo?
El proyecto lleva implícita la contratación de un perfil técnico, para realizar el seguimiento académico de las y los menores, así como hacer intervención terapéutica y mediación en los casos en que fuese necesario a lo largo de los meses. Adicionalmente en Salud Mental La Palma disponemos de profesionales con capacitación, cualificación y experiencia para atender todo tipo de situaciones que puedan vivir docentes, familias y alumnado. Estos y estas profesionales cuentan con capacidad para intervenir Psicosocialmente y atender psicológicamente a quien lo necesite. Hay que atender a esas personas que sienten que frenan, en cuanto a “cómo me siento”, “cuál es mi estado de ánimo”, “qué expectativas tengo”, etc.
¿Qué se ha conseguido?
Estamos ante un proyecto que, de alguna manera, es de continuidad. Es decir, es un proyecto innovador por la necesidad de trabajar en la salud mental de las personas afectadas por el volcán, pero contamos con una trayectoria que nos hace ver muy claros los objetivos en los que hay que incidir para mejorar la calidad de vida y frenar los procesos de mayor incidencia en la isla de La Palma.
¿Qué ha mejorado gracias a la Buena Práctica?
Básicamente se ha ampliado el “Seguimiento académico” que desde hace más de 24 años se lleva realizando en nuestra entidad. Antes solamente a los menores y ahora, continuamos en toda la isla de La Palma, aunque en los centros afectados este servicio se amplía a docentes y familiares. Calculamos unos 100 alumnas/os, 20 profesores/as y unas 300 personas dentro de las familias.
¿Cómo se podría replicar en otras entidades?
El seguimiento académico post erupción es fácil de aplicar por otras entidades. El “seguimiento académico” en sí mismo es fácil de replicar. Lo importante es adaptarlo a ciertas circunstancias de catástrofes o de problemas sociales, que puedan requerir no solamente atender al alumnado sino a sus familiares y docentes. Como ejemplos, los incendios que asolan nuestro país y las consecuencias que tienen en la población.