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“LAS KAROLAS”, CAMINAR PARA SANAR

¿Qué se quería conseguir con el desarrollo de esta Buena Práctica?

Nuestro compromiso con todas las personas con problemas de salud mental de Bizkaia y con la igualdad de oportunidades nos llevó hace ya unos años a poner el foco en la salud mental y el género y, sobre todo, en las mujeres con problemas de salud mental. En todo este proceso, fuimos conscientes de la necesidad de visibilizar a estas mujeres con trastorno mental grave, de darles voz, de apoyar su empoderamiento, de facilitarles un espacio, de acompañarlas. Y empezó a surgir la idea de que sería más fácil encauzar todos estos planteamientos a través de la creación un espacio específico EL AREA DE MUJER, poner en  marcha el I Plan de igualdad, la investigación #SupportingWomen, sobre la Calidad de Vida de las mujeres con problemas de salud mental, la iniciativa “Encantadas de HablArte”,… En AVIFES adquirimos este compromiso en pro de la igualdad entre mujeres y hombres, desde el convencimiento de que no podemos defender los derechos de las personas con problemas de salud mental sin prestar una especial atención a las mujeres de este colectivo.
Además, se pretende también sensibilizar y formar en la perspectiva de género y salud mental a todas las personas implicadas en la asociación.

¿Qué se ha hecho para conseguirlo?

Se han puesto en marcha grupos de mujeres con problemas de salud mental que quieran disfrutar de paseos y rutas saludables por Bilbao. El nombre “Las Karolas” proviene de la grúa “La Karola” (ya que todas las rutas salen de ese enclave), que esconde una historia que merece ser contada. La Grúa Karola es la única superviviente de las muchas que en otros tiempos poblaron los muelles de Bilbao. Se halla instalada frente al Museo Marítimo, en los terrenos donde hoy se alza el Palacio Euskalduna, que fueron sede de los Astilleros Euskalduna. Frente a los astilleros había un embarcadero para cruzar la ría y cada tarde, una joven de Deusto (un barrio bilbaíno) llamada Karola, cruzaba la ría en bote para ir a trabajar a la plaza del Sagrado Corazón, y para ello debía atravesar las instalaciones de Euskalduna. Los operarios aguardaban su llegada y haciendo sonar las sirenas de la fábrica, la acompañaban a su paso. En homenaje a esta mujer, a esta mujer trabajadora que cada día tenía que cruzar la ría para poder trabajar y que sin duda fue un ejemplo de lo que empezaba a cambiar en la sociedad, bautizaron con su nombre a la grúa. La grúa Carola permaneció en activo hasta el mismo cierre de los Astilleros Euskalduna en 1987 y a día de hoy representa la transformación urbana y cultural de la cuidad.

Las “Karolas” se citan semanalmente para caminar en grupo, relacionarse y activar su cuerpo y su mente. Las rutas les permiten promover tanto su actividad física, dando un paseo de dos horas de duración, como su bienestar emocional, ya que se genera un espacio de confianza donde compartir y crear nuevas amistades. Como ellas mismas transmiten, se adaptan a todos los ritmos, por lo que cualquier mujer tiene cabida en el grupo.

¿Qué se ha conseguido?

Hacer que “Las Karolas” sea una iniciativa afianzada en la entidad, dentro del “Área de Mujer” y con un papel clave como puerta de entrada y primer contacto de las mujeres con problemas de salud mental a la entidad.

Contar con una actividad que pueda ayudar y acompañar a estas mujeres, con unos hábitos de vida bastante sedentarios, en la mejora de su bienestar físico y emocional.

La motivación para la práctica de deporte en personas con discapacidad, y que esta se convierta en una herramienta para gestionar mejor sus emociones y habilidades y mejorar su autoestima.

Crear curiosidad en otras mujeres con problemas de salud mental, con el objetivo de que se animen a participar.

Generar una red de sororidad entre estas mujeres, ante las situaciones de discriminación que puedan sufrir.

Descubrir capacidades y motivaciones propias, recuperar aficiones, disfrutar con la consecución de logros personales y aumentar su autoestima.

Aumentar sus relaciones sociales y generar nuevos lazos de amistad y de ayuda mutua, creando así un espacio de intercambio de experiencias y disminuyendo su aislamiento y su riesgo de marginalidad.

Crear lazos de amistad con otras mujeres que están en la misma situación, expresar lo que sienten, lo que les preocupa en un ambiente de confianza y contando con acompañamiento profesional, basándonos principalmente en experiencias de contacto directo entre mujeres.

Proporcionar apoyo, orientación y acompañamiento a las mujeres, a través de una intervención profesional en una ambiente no institucionalizado.

¿Qué ha mejorado gracias a la Buena Práctica?

Un hito importante ha sido que estas mujeres han continuado quedando en otros municipios, fuera de Bilbao, para descubrir y realizar nuevas rutas. Y, durante los paseos, se ha creado un espacio de confianza que les ha permitido hablar sobre temas y cuestiones que las hacen sentir vulnerables, y que en otros contextos no serían capaces de comentar. Físicamente, “Las Karolas” reconocen que han experimentado mejoría en temas relacionados con el insomnio, el estrés y la ansiedad. Y, por supuesto, se ha reducido el sedentarismo. Su calidad de vida ha mejorado en los ámbitos de las relaciones interpersonales, el bienestar físico y el bienestar emocional.

¿Cómo se podría replicar en otras entidades?

Es una acción perfectamente aplicable en cualquier entidad, con un coste bajo. Lo único que hace falta son ganas de participar y rutas adecuadas según el perfil de las mujeres participantes.