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III Premios Buenas Prácticas

SALUD MENTAL ESPAÑA

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MÁQUINA DEL TIEMPO

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Adaptación de los recursos, productos y servicios de la entidad en 2020

¿Qué se quería conseguir con el desarrollo de esta Buena Práctica?

El proyecto “La máquina del tiempo” pretende introducir a las personas usuarias de los servicios de salud mental de la Asociación AFEMAR en la historia del arte, no en un sentido meramente teórico, sino metiendo a las personas en la piel de los artistas que se van a mostrar a través de las sesiones, con el fin de reducir el impacto causado por el confinamiento a causa del COVID-19, adaptando las actividades a entornos seguros, al aire libre, generando bienestar, aumento de la autoestima y valía, fomentando las potencialidades y estableciendo objetivos y metas como bases de su recuperación y, sobre todo, paliar las consecuencias negativas del confinamiento y de la pérdida de la actividad normal.

De esta manera, las personas usuarias pueden conectar emocionalmente con los autores y entender el contexto que les rodeaba en su tiempo.

Se busca promover la igualdad de género conociendo a artistas, un gran número, mujeres, que se empoderaron superando las desigualdades de su época por ser mujer, por ser homosexual o por tener un problema de salud mental.

Se ha buscado que el resultado final sea una obra expuesta al público, que fuera ecológica, para concienciar acerca del reciclaje y la sostenibilidad, y que su vez sirva de herramienta para visibilizar a nuestro colectivo, y de orgullo e incremento de autoestima y autopercepción positiva de las propias personas usuarias, realizadoras de esta.

Por último, se ha perseguido el objetivo de conseguir una adaptación de la práctica a entornos seguros de trasmisión del virus, minimizando los riesgos para las personas usuarias y los trabajadores y las trabajadoras del centro.

¿Qué se ha hecho para conseguirlo?

Se han mejorado las redes sociales de la entidad Afemar Salud Mental Mar Menor, para dar visibilidad a nuestro colectivo y sensibilizar acerca de la salud mental a un mayor número de personas, además de mejorar el acceso a las actividades artísticas a partir de vídeos subidos a Facebook e Instagram.

Para proporcionar espacios de trabajo seguros y minimizar los riesgos de contagio, se han repartido las sesiones en tres tipos:

  1. Por un lado, sesiones telemáticas a través de herramientas como videollamadas de WhatsApp, Zoom o Google Meet; facilitando el material necesario para su ejecución, como pinturas, lápices, goma, pinceles, a las personas usuarias en sus residencias habituales, así como el soporte para realizar las obras, además de tablets con conexión a internet en los casos en que era necesario para que las personas usuarias pudieran participar.
  2. Por último, sesiones al aire libre, tanto para la generación de bocetos como para restaurar la obra final, fomentando el reciclaje y la sostenibilidad, empleando en su mayoría materiales ecológicos.

En todo momento se ha fomentado el dialogo y la participación de las personas asistentes, siendo ellas, junto con el o la profesional de la entidad, quienes han determinado los o las artistas que finalmente han decorado la obra final. Las artistas que se han elegido como sujetos de estudio son en su mayoría mujeres, ejemplo de superación, tanto por ser reconocidas en la esfera artística en una época difícil para su visibilización por razón de género, como por tener, algunas de ellas, un problema de salud mental que ha sido el secreto y el motor de su éxito como artistas.

¿Qué se ha conseguido?

Las 14 han asistido a las sesiones telemáticas, tomando parte en las decisiones y recibiendo la formación. Un subgrupo, compuesto por 8 personas, ha realizado la primera parte de la restauración de los bancos que se encontraban en desuso en el almacén del Ayuntamiento de San Pedro del Pinatar, lijando la madera y las partes metálicas y la imprimación con pintura blanca de las partes donde va la pintura artística.

Otro subgrupo de 6 personas ha realizado la segunda parte de la restauración, que consta de la reproducción de las obras de tres artistas: Frida Kahlo, artista femenina con serios problemas de salud, quien, a pesar de tener una posición en desventaja por su condición física y de género, ha llegado a ser una artista reconocida a nivel internacional.

  • Yayoi Kusama, artista femenina, de procedencia japonesa. El contraste entre sus orígenes provenientes de una familia tradicional y su vida artística en Nueva York, marcada por el performance, happening y vida hippie, sumado a su trastorno mental, dio como resultado una obra muy reconocible y de gran atractivo. Internó voluntariamente en una institución de salud mental, desde donde sigue trabajando, reproduciendo parte de sus alucinaciones en el soporte físico de su obra.

Además, se han trabajado artistas con problemas de salud mental como Seraphine Louis, Van Gogh, y otros marcados por los trastornos mentales en su entorno, como Jean Michel-Basquiat, marcado por el problema de salud mental de su madre.

¿Qué ha mejorado gracias a la Buena Práctica?

En primer lugar, el conocimiento de la vida de las y los artistas y su actitud de superación ha hecho reflexionar a las personas usuarias sobre sus posibilidades, se ha trabajado el empoderamiento femenino, así como valorar el problema de salud mental como una característica más del individuo que puede aportar una mirada y un conjunto de experiencias diferentes que suman. Se ha reforzado la conciencia ecológica y de práctica sostenible con el medio ambiente, restaurando elementos retirados de la vía pública y que llevaban años almacenados y que probablemente acabarían convirtiéndose en “basura”.

Gracias a la restauración de los bancos se ha mejorado la apariencia exterior del centro, dando pie a una exposición permanente de las obras de los bancos exteriores que sirve de sensibilización de la salud mental, para derribar prejuicios acerca de las personas que tienen un problema de saldu mental y visibilizar colectivos como el feminista o LGTBI.

Desde AFEMAR siempre se han desarrollado los talleres artísticos y de restauración como talleres ocupacionales que tienen un gran componente terapéutico

¿Cómo se podría replicar en otras entidades?

Esta práctica serviría para embellecer mobiliarios y objetos que necesitan de una restauración, dándoles una segunda vida y por tanto colaborando con la sostenibilidad ambiental, dotando a estos objetos de una nueva función estética y social, sirviendo de plataforma de visibilización y concienciación del colectivo de salud mental, de trabajo de la perspectiva de género o del problema de generación de residuos,…, con las posibilidades que ofrece el gran abanico de artistas para trabajar desde una perspectiva transversal.

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