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III Premios Buenas Prácticas

SALUD MENTAL ESPAÑA

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PROGRAMA DE INTERVENCIÓN ONLINE

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Adaptación de los recursos, productos y servicios de la entidad en 2020

¿Qué se quería conseguir con el desarrollo de esta Buena Práctica?

Intervenciones dirigidas, no solo por evitar el aislamiento social, en el que en estos momentos viven las personas usuarias con las que trabajamos, sino a favorecer intervenciones terapéuticas de seguimiento y prevención del miedo, ansiedad, depresión, e ideas autolíticas, íntimamente relacionadas con la pandemia.

Beléndez & Suriá (2010), señalan cómo el uso de las nuevas tecnologías ha demostrado ser una estrategia adecuada para brindar apoyo social de fuentes diversas para las personas con problemas de salud mental.

En esta misma línea, Wright y Bell (2003), examinaron las ventajas mencionadas por las personas usuarias de grupos de apoyo online, entre ellas personas con problemas de salud mental, y hallaron que la ventaja señalada con más frecuencia fue el anonimato y la ausencia de estigma.

1) Accesibilidad y equidad.

2) Aumento de la especificidad de la atención.

3) Continuidad de la atención.

4) Utilidad para intervenciones específicas.

5) Adaptación a las tendencias actuales.

6) Favorece la simetría de la relación.

7) Fomentan el apoyo e intercambio social, el encuentro y la comunicación de diferentes experiencias.

8) Favorece la adherencia a las intervenciones e indicaciones (posibilitan un aumento de la frecuencia de contactos, permiten controlar y reforzar la adherencia a las indicaciones e intervenciones que se realizan).

¿Qué se ha hecho para conseguirlo?

  • Intervención individual usuarios/usuarias y familias: ansiedad, la depresión, autolesión y el suicidio incluyen suministro de información, vinculación e intervenciones terapéuticas.
  • Intervenciones grupales: diseñada a partir del tipo de intervención propuesto por la evidencia científica para la crisis del COVID-19 (apoyo constructivo entre pares, mindfulness, relajación, fortalezas, prestación de información fidedigna) (Banerjee D., 2020; Kavoor, 2020; Shaw, 2020).

En la misma línea, (Navarro et al., 2020) señalan, tras un estudio de necesidades de personas con TMG, que las prestaciones más recomendadas son:

    • Fortalezas y mindfulness
    • Club de lectura (un grupo autogestionado)

Los programas se realizarán, por su facilidad de acceso y manejo, a través de Jitsi, Meet, Itsi que es una aplicación de videoconferencia, VoIP, y mensajería instantánea con aplicaciones nativas para iOS y Android, y con soporte para Windows, Linux y Mac OS X a través de la web.

Los programas se diseñan a partir de las necesidades verbalizadas por las personas participantes y la evidencia científica constatada.

Los grupos tendrán un número máximo de 6 personas. Si finalmente, por el número de personas usuarias, el grupo no fuese operativo, este se dividirá.

Las sesiones de cada uno de los programas serán 1 vez en semana por grupo, con una duración de 45minutos o 1h, dependiendo de los contenidos que se aborden cada día. Esto no quiere decir que ese tiempo se amplíe si así lo pide la dinámica del taller en algunos días concretos.

En la primera sesión se determinan los contenidos exactos del programa, su estructura, se tendrán en cuenta sus ideas y aportaciones, qué es lo que cada participante espera de este taller, cuál es el horario que mejor les viene (mañana tarde) y hora exacta, etc.

No existe obligación de participación, aportación o intervención. Puede que haya personas usuarias que solo quieran escuchar lo que otros hablan.

Se facilita material para realizar actividades en el domicilio, con el objetivo de dar continuidad al trabajo realizado online. Se ha fomentado la creación de materiales adaptados al trabajo telemático con personas usuarias, que permiten un uso repetido.

 

 

 

 

 

 

 

¿Qué se ha conseguido?

A través del programa, hemos podido mantener la vinculación con las personas usuarias en la época de confinamiento, y posteriormente con aquellos/as usuarios/as que por sus características personales tienen dificultades para acceder a la atención (por lejanía física, miedo al contagio, necesidad de aislamiento, vulnerabilidad psicopatológica etc.).

Destacamos que para algunas personas que se mostraban reticentes al trabajo rehabilitador presencial han iniciado procesos de recuperación a través de las nuevas tecnologías por la facilidad para el acceso, la distancia social y posiblemente la sensación de protección que ofrece una pantalla.

En la misma línea, las TIC nos ha permitido acceder a familiares que en otro momento, por las dificultades para compatibilizar su actividad laboral o domestica con los horarios de atención, no han tenido acceso a la intervención.

Los horarios se han elaborado especificando actividades, según las necesidades y atendiendo al plan de recuperación de cada usuario o usuaria, para dar continuidad de cuidados.

Se han elaborado materiales específicos de cada uno de los programas con temáticas variadas basadas en la evidencia: afrontamiento emocional, fortalezas, hábitos de autocuidado, alimentación, actividades de la vida diaria, información sobre COVID-19, actividades cognitivas, actividad física. El material elaborado ha permitido la continuidad de las actividades de rehabilitación en el domicilio.

Otro aspecto importante es que además de permitir el mantenimiento de la atención y la rehabilitación ha facilitado el apoyo social y el contacto de las personas usuarias entre sí. La utilización de las TIC ha sido un potente instrumento de rehabilitación, pero además de empoderamiento, participación social y ayuda mutua.

En el 2020 se han realizado 24 grupos online con un mayor acceso del género femenino, a los que han accedido un 40% de las personas en atención, siendo los menores de 50 años (que representan el 60% de la población atendida) los que han accedido en mayor medida a las TIC.

 

 

 

 

 

¿Qué ha mejorado gracias a la Buena Práctica?

Para evaluar la eficacia del programa hemos utilizado la aplicación de diferentes instrumentos estandarizados en dos momentos establecidos: en la entrada al recurso, y durante los meses de noviembre a diciembre del 2020. Los instrumentos de evaluación son: Calidad de Vida Percibida, se utiliza la Escala de Satisfacción con Áreas de la vida (SLDS; Baker e Intagliata, 1982).

La escala evalúa confianza personal y esperanza, disposición a pedir ayuda, orientación hacia las metas y el éxito, confianza en las otras personas y no dominación por los síntomas. Funcionamiento Psicosocial se emplea la Escala de Valoración del Desempeño Psicosocial (EVDP) de Blanco, Pastor y Cañamares (2003).

La escala se divide en tres áreas generales:

A) Competencia personal.

B) Soportes Sociales.

C) Aspectos Clínicos.

La información de cada área se agrupa en torno a seis ejes. A mayor puntuación, mayor nivel de atención precisa la persona. Satisfacción con la atención, evaluada a través de una escala de 1 a 5 puntos elaborada por la Fundación Sociosanitaria de CLM (siendo 5 la máxima satisfacción).

Los resultados constatan que, a pesar de los acontecimientos adversos sufridos en la pandemia, el 72,5% de las personas que han participado en el programa online informa de una mejoría en recuperación y en funcionamiento psicosocial, y el 15% informa de una mejoría en calidad de vida respecto a la evaluación previa o momento en el que accedieron al recurso en comparación con el 2020.

En cuanto a la satisfacción con la atención, se observa un ligero incremento con respecto al año 2019, constatando una mejora en la satisfacción tanto en usuarias, como en familiares, en prácticamente todas las áreas. Posiblemente esto se deba a la atención más individual e intensiva que se ha realizado por la pandemia del COVID-19.

En las personas usuarias, la puntuación media más alta es para la confidencialidad, apoyo individualizado, información adecuada y comprensible y la participación en el proceso de intervención, aspectos muy relacionados con las buenas prácticas de recuperación y con el incremento del apoyo individualizado recibido en la situación actual de pandemia.

En los familiares, la puntuación media más alta es la amabilidad y cercanía de las personas profesionales (4,95), el apoyo individual recibido (4,95), posiblemente condicionado por el apoyo intensificado en época de pandemia que puede sugerir un fortalecimiento de los vínculos entre usuarias/os, familiares y profesionales.

Estos resultados, a pesar de no poder inferir causalidad de los resultados a la intervención online, sugieren que los programas online son una potente herramienta de intervención para las personas con trastorno mental grave, y que deben ser tomadas en cuenta en las estrategias y políticas asistenciales en materia de salud mental.

¿Cómo se podría replicar en otras entidades?

Este programa es replicable para cualquier entidad.

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