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PROYECTO “ÍTACA”

¿Qué se quería conseguir con el desarrollo de esta Buena Práctica?

Prevenir y/o reducir los efectos negativos que la privación de libertad provoca en la salud mental y el bienestar emocional de las personas presas (apatía, distorsión de la imagen, problemas de autoestima, ansiedad, depresiones, etc.), favoreciendo la adquisición de habilidades y actitudes que ejerzan como factores protectores para su salud mental, no solo durante el periodo de privación de libertad, sino durante todas sus vidas, lo que a su vez favorecerá su resocialización y reinserción en la sociedad.

Además, teniendo en cuenta que en el Centro Penitenciario de Cuenca hay presos y presas que tienen un diagnóstico psiquiátrico, las sesiones también buscan la sensibilización de la salud mental dirigidas a los y las internas del Centro Penitenciario de Cuenca, para promover la salud mental y luchar contra el estigma entre personas con problemas de salud mental que se encuentran en prisión.

¿Qué se ha hecho para conseguirlo?

Se ha diseñado un proyecto de carácter socioeducativo y divulgativo de la salud mental, para fomentar el bienestar emocional de las personas presas y la reducción del estigma dentro de prisión. Se ha llevado a cabo el proyecto en 11 sesiones con el grupo de hombres, y 11 sesiones con el grupo de mujeres, con una duración de 1 hora y media cada sesión.

En ellas se han trabajado diferentes temas: qué es la salud mental y principales problemas de salud mental, mitos y creencias erróneas entorno a los problemas de salud mental, autoconcepto y autoestima, gestionando mis emociones y bienestar emocional, habilidades sociales y comunicativas, y “protagonista de mi salud”.

Con la realización de las sesiones se ha buscado la interacción entre las personas del grupo y la empatía entre ellas, la cohesión grupal, con el resultado final de la creación un grupo de apoyo mutuo.

¿Qué se ha conseguido?

Se ha conseguido que participen un total de 27 internos e internas del Centro Penitenciario de Cuenca, y 11 funcionarios y funcionarias de prisión.

La asistencia ha sido de más de un 90%, teniendo una participación muy alta y una muy buena acogida tanto en prisión como en otras 3 entidades y en las Facultades de Trabajo Social y de Educación Social, donde se ha difundido el proyecto.

¿Qué ha mejorado gracias a la Buena Práctica?

Se ha mejorado el bienestar emocional y social de las personas internas en el Centro Penitenciario de Cuenca, favoreciendo los factores protectores de la salud mental en un entorno de privación de libertad.

También hemos avanzado en la reducción del estigma en torno a los problemas de salud mental de los y las internas y del personal funcionario, así como se han mejorado las relaciones y las habilidades sociales entre las personas presas, mediante la creación de un grupo de apoyo mutuo.

¿Cómo se podría replicar en otras entidades?

El proyecto se puede aplicar en cualquier otra entidad que quiera trabajar en el ámbito de la salud mental en prisiones, sin importar el tipo de Centro Penitenciario ni el ámbito geográfico.