Votación IV Premios Buenas Prácticas

SALUD MENTAL ESPAÑA

RED SIN GRAVEDAD

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Cuidado y promoción de la salud mental a través de la expresión artística.

¿Qué se quería conseguir con el desarrollo de esta Buena Práctica?

La Red Sin Gravedad nace en 2015 con el objetivo de desarrollar una red de espacios, talleres y laboratorios de experimentación artística como nuevas instancias de socialización. Una red que promueva las relaciones inclusivas y no jerarquizadas para la recuperación de un rol activo, con sentido, dentro de la comunidad y que contribuya a la des estigmatización del sufrimiento mental, y sus diagnósticos, favoreciendo la recuperación de la autoestima y el bienestar de las personas a partir de la posibilidad de ejercer sus derechos de ciudadanía. Hablamos de una red que pretende generar un contexto favorable para el desarrollo de las capacidades creativas, artísticas y relacionales de las personas a través de las particularidades propias de cada espacio / taller.

Uno de los objetivos centrales del proyecto era conseguir que las personas diagnosticadas y/o con experiencia propia en el campo del sufrimiento mental tuvieran una participación central en la construcción del proyecto y en la toma de decisiones, transformando el rol habitual de las personas diagnosticadas en los procesos de inclusión o resocialización. En este caso las personas con experiencia propia dejan de ser objeto de inclusión para ser agentes de inclusión. Todos los talleres nacen de una iniciativa o motivación expresada por parte de personas vinculadas o participantes en entidades o servicios de salud mental y posteriormente son abiertos al resto de la comunidad, realizándose siempre en espacios naturales e impartidos por profesionales especialistas en la temática concreta de cada taller (pintura, teatro, fotografía, literatura..) siempre dentro de la programación natural de los centros cívicos y culturales de la ciudad. Promover la desinstitucionalización en los procesos de inclusión social de las personas diagnosticadas, colaborando y generando sinergias con los servicios de la red de salud mental para facilitar que las personas vinculadas a dichos dispositivos puedan participar de la vida cultural y artística de la ciudad en espacios naturales, no especiales o específicos para determinados colectivos. Contribuir a potenciar la dimensión inclusiva y diversa de los equipamientos de proximidad y culturales de la ciudad como son los Centros Cívicos, Casales de Barrio, Bibliotecas.

Los talleres artísticos programados, además de promover las capacidades artísticas de las personas, se transforman en instancias de socialización y por lo tanto promotores del cuidado y la promoción de la salud mental de personas diagnosticadas y no, con experiencia en el campo de sufrimiento psíquico o perteneciente a un colectivo vulnerabilizado. El impacto del proyecto afecta al funcionamientos de las equipamientos de proximidad y sus profesionales pero también a las participantes habituales del casales y centros cívicos que, gracias a la programación de estos talleres pueden tener la oportunidad de compartir espacios y talleres que incentiven la participación y la creación artística en entornos donde la diversidad se algo normal o natural y permita un acercamiento a la singularidad de los otros, desde un espacio donde confluyen motivaciones o deseos que son compartidos entre las personas y que no atiende a categorías diagnósticas ni a conceptos que hablan de posibles o supuestas discapacidades.

¿Qué se ha hecho para conseguirlo?

La Red Sin Gravedad trabaja a cuatro niveles. Con las personas participantes. Realizando procesos asamblearios y participativos para la toma de decisiones, en este caso para la programación y la tipología de cada taller y posteriormente para su continuidad de cada taller dentro de la programación trimestral de los centros cívicos y culturales de la ciudad. Como participantes podemos encontrar a personas promotoras del taller y a personas participantes, que se inscriben una vez el taller es publicitado. Para todas ellas, sin distinción entre personas diagnosticadas o no, el equipo de coordinación puede realizar un acompañamiento que se adaptará a la necesidad expresada por la persona y en el grado y temporalidad que ella decida. La idea es colectivizar también las acogidas y los acompañamientos y así, las personas participantes pueden, si lo desean, ser quienes acompañan y acogen a las nuevas participantes, quienes presentan el taller y habilitan a la nueva incorporación. Con la Red de Salut Mental y otros servicios sociales específicos. Se realiza un trabajo de colaboración con las profesionales de los servicios a las cuales se les ha facilitado información y se ha establecido una coordinación constante para acompañar y facilitar los procesos de inclusión comunitaria y/o desinstitucionalización de las personas posibilitando una nueva forma de orientación, sin derivación formal articulada desde el informe clínico, donde las profesionales de la salud pueden practicar la prescripción social en ámbitos comunitarios reales, donde las personas se unen y participan en espacios y talleres movidos por su motivación y el deseo de practicar, aprender o mejorar sus capacidades artísticas o expresivas y no por el hecho de tener un diagnóstico determinado. Con los equipamientos de proximidad. El trabajo se realiza con los profesionales que realizan el proceso informativo y de acogida de la ciudadanía en los C. Cívicos y Culturales, entre las cuales se encuentran las personas en situación de vulnerabilidad y/o con experiencia propia en salud mental. Se facilita información para mejorar la accesibilidad y la acogida a las personas. Si bien esta función de la Red se hace de manera continua a lo largo del desarrollo del proyecto, apoyando y facilitando información a demanda en la medida que se van produciendo las diferentes situaciones, se intensifica, especialmente, en el momento inicial cuando se producen los primeros contactos con los servicios de proximidad y si se incorporan nuevos profesionales En el proyecto también se realiza un trabajo importante con los profesionales talleristas. Estas reciben apoyo y acompañamiento para mejorar sus capacidades relacionales y herramientas para poder atender a la singularidad de cada persona, de acoger y de acompañar en los procesos de inclusión y participación comunitaria, así como en la capacidad para generar espacios de encuentro entre personas, más allá de la capacidad técnica/artística que puedan ofrecer. La coordinación con las facilitadoras es constante y se realiza un encuentro presencial con cada una de ellas mensualmente y un encuentro colectivo trimestral con el objetivo de compartir saberes y experiencias que permitan un aprendizaje.

¿Qué se ha conseguido?

Ha conseguido formar parte de la programación cultural de los equipamientos de proximidad de Barcelona ciudad y el Prat de Llobregat organizando trimestralmente más de 30 talleres de frecuencia semanal y un total de 100 ediciones anuales entre talleres artísticos y salidas culturales. Es decir, la personas con experiencia propia en salud mental han podido transformar y participar en el ámbito comunitario desligados de la Red de Salut Mental y teniendo la oportunidad de desarrollar sus habilidades artísticas y también de cuidad con los otros. En el momento que redactamos el contenido para este premio tenemos 36 talleres programados en 15 equipamientos diferentes.

https://redsingravedad.org/tipos-talleres/artes-escenicas/

La Red ha sido presentada a toda la red de servicios de Salut Mental además de servicios sociales especializados, servicios que atienden a personas para la deshabituación del uso de drogas o servicios que trabajan con jóvenes y adultos de contextos culturales diversos de Barcelona y el Prat y está en estrecha colaboración y coordinación con más de 60 entidades. Además, participa en 5 “taules de Salut Mental de Barcelona” formando parte del grupo motor de todas ellas así como en innumerables comisiones de surgen de las mismas. En la Red Sin Gravedad participan cada año más de 450 personas, el 66% de las cuales se identifican como mujer y el 34% restante como hombres. El 75% de las personas vienen orientadas o están vinculadas a algún servicio de salud mental o social especializado y el 25% restante son personas que “se inscriben” o participan desde el centro cívico o equipamiento donde se programa el taller. En el momento de redactar este contenido tenemos registradas a 254 personas nuevas que participaron por primera vez en algún taller durante el primer semestre del año. La Red Sin Gravedad tiene un boletín informativo con 536 subscritos y una web con 37.000 visitas el año 2020. En la Red Sin Gravedad participan 23 profesionales/artistas que facilitan los talleres, 12 mujeres y 11 hombres. La Red y sus participantes han podido exponer sus obras mediante exposiciones en el Centro Cívico Besós, en le Coll de la Bruguera, en el Convent de Sant Agustí, en el Pou de la Figuera, han podido representar sus piezas teatrales y musicales en el Altre Festival, en el día Mundial del Teatro de la Oprimida, y  en los ciclos de Teatro de Can Felipa, han podido participar en los festivales de Tu Danzas, en la Semana de la Convivencia de Trinitat Vella y han podido generar proyectos artísticos con La Escocesa – Fábrica de Creación- realizando colaboraciones entre artistas. La Red recibió en 2015 el premio a la Innovación social de la Fundación “la Caixa” y en 2016 el premio Civismo a la Innovación Social de la Generalitat de Catalunya.  Actualmente es un proyecto que recibe el apoyo del Dept. de Salut del Ayuntamiento de Barcelona, de Pla de Barris BCN, de la Generalitat, la Diputació BCN, de la F. “La Caixa” y la ONCE Fundación.

¿Qué ha mejorado gracias a la Buena Práctica?

La Red Sin Gravedad trabaja para la mejora de salud mental de las personas, tanto sean diagnosticadas como no, y entiende la salud mental como un concepto global donde los determinantes sociales tienen una relación directa con el bienestar emocional de las personas.

La Red trabaja en la comunidad, en colaboración con los servicios de proximidad (centros cívicos, casales, bibliotecas, etc.), potenciando la participación de la ciudadanía en espacios naturales para favorecer el ocio saludable, la socialización y el bienestar emocional de las personas Los espacios creados por la red,  además de ser un espacio para el desarrollo de las capacidades y habilidades artísticas de las personas, se han constituido como una herramienta para la lucha contra el estigma, contra los estereotipos y prejuicios hacia las personas diagnosticadas y/o con malestar emocional fomentando el encuentro entre personas con diagnóstico y sin y buscando suspender las lógicas relacionales sustentadas en el diagnóstico psiquiátrico.

Creemos que la Red mejora la accesibilidad en los servicios de proximidad, en términos de trato y de acogida, teniendo muy presente las especificidades sociales y culturales de cada persona, también proponiendo la accesibilidad en términos económicos de los talleres para los colectivos más vulnerables, habitualmente, con escasa capacidad económica, hecho que dificulta mucho su participación en espacios comunitarios. La participación de personas con malestar psicológico en espacios culturales ha facilitado el trabajo de sensibilización tanto para los profesionales de los servicios como para el resto de las personas participantes de los equipamientos y ha garantizado la participación de las personas con diagnóstico en la vida cívica, cultural y lúdica. Trabajar juntamente con los equipamientos de proximidad permite la inclusión de la perspectiva de la salud mental en el diseño de los talleres “generalistas”. La necesaria participación en la toma de decisiones de las personas con diagnóstico o sufrimiento emocional es la buena práctica esencial del proyecto, para que las personas con diagnósticos en salud mental no sean siempre objeto de inclusión y pasen a ser actores o creadores de espacio inclusivos, agentes de la inclusión o de la naturalización de los espacios donde se encuentran las personas de una comunidad. La inserción comunitaria no es solo habitar el espacio físico, es tener la oportunidad de participar con otros. La oportunidad de compartirlo y transformarlo.

Para la participación en los espacios de la red no son necesarios informes de derivación ni certificación de diagnóstico en salud mental, hecho que facilita la llegada de personas a los talleres por dos motivos. Las profesionales pueden orientar sin la necesidad de tener una carga burocrática y con la tranquilidad de saber que existe un acompañamiento sensible a las personas, también por la facilidad y libertad para que la persona se presente desde su motivación, su deseo, de realizar un taller u otro y desde una identidad alejada de su diagnóstico y no desde una necesidad terapéutica.

¿Cómo se podría replicar en otras entidades?

Las buenas prácticas deben ser permeables, predispuestas al contagio, si vale el concepto en estos tiempos, o con cierta predisposición a la sorpresa o a recoger aquello inesperado e integrarlo en sus dinámicas y en su metodología. La red nace con esta idea y con la necesidad de trabajar juntamente con otras entidades, servicios y proyectos de cada territorio. A lo largo de estos años hemos integrado dentro de nuestra Red talleres promovimos por otras asociaciones, entidades y servicios también de la red de Salut Mental. Hemos acompañado y asesorado en la metodología e incluso realizado talleres en coproducción con muchas entidades, por ejemplo, la Fundación Vidal i Barraquer, el Grup CHMCorts, Ared, Sant Pere Claver, Fundación de Higiene Mental Nou Barris, Proyecto My Life, Cooperativa Aixec, Vulnus y un largo etc. A la vez, hemos podido asesorar y acompañar a Centros Cívicos a la hora de programar sus talleres para que fueran más accesibles o inclusivos, según quien los describa.  Es decir, las prácticas de la Red son replicables, la red dispone de un decálogo de acciones que mostramos y transmitimos siempre en nuestras presentaciones y también tiene descrito el concepto de “acompañamiento sensible”, básico en la intervención y en los procesos de participación de las personas.  Pensando en algunas ideas o acciones a poner en práctica para la réplica de estas buenas prácticas, las ideas generales serían:

  • Articular procesos participativos y de toma de decisiones internos con las personas vinculadas a los servicios o entidades que trabajan en Salud Mental. No presuponer ni incentivar el deseo o la motivación para que aparezca artificialmente y permitir que surja. Y luego acompañar, ayudar a coser el entramado para sostener lo colectivo, construirlo en común, aunque resulte inestable o poco previsible. Ese el trabajo del profesional, acompañar y sostener lo justo dejando espacio para que otras también sientan que tienen lugar.
  • Incorporar la participación y la coordinación de los servicios de salud mental y sociales y otras entidades del territorio y sus participantes para implementar los programas culturales i de ocio de cada barrio de manera colaborativa y coordinada.

Mejorar las estrategias de intervención comunitaria de los equipamientos de proximidad (sociales y culturales) para favorecer la cohesión y la inclusión de colectivos vulnerables en los barrios y comunidades, mediante lenguaje accesible, acogida sensible y difusión que también llegue a aquellas personas que habitan gran parte de su tiempo dentro de instituciones. Es decir, que las instituciones que trabajan en el ámbito de la rehabilitación psicosocial no tengan que programar y

  • NO generar espacios y talleres “especiales” y sí hacer uso de los espacios y talleres ya existentes en la comunidad.

Que los talleres artísticos sean facilitados por profesionales de las artes y no por profesionales del ámbito terapéutico y siempre fuera de las instalaciones propias de la entidad, utilizando espacios comunitarios que puedan ser compartidos con otras personas.