V Premios Buenas Prácticas
SALUD MENTAL ESPAÑA
TU KIT DE HERRAMIENTAS PARA COMBATIR LA ANSIEDAD
¿Qué se quería conseguir con el desarrollo de esta Buena Práctica?
La ansiedad es uno de los problemas de salud mental más frecuentes en la etapa de la infancia y la adolescencia, y los datos no hacen más que crecer. La OMS señala que aproximadamente el 3,6% de los niños y niñas de 10 a 14 años y el 4,6% de adolescentes de 15 a 19 años padece un trastorno de ansiedad. A pesar de la frecuencia con la que aparece, lo cierto es que es un problema que a los y las adolescentes y jóvenes les cuesta mucho identificar y manejar. De hecho, cuando nos piden ayuda no siempre saben poner palabras a lo que les ocurre: “no sé qué me pasa, me encuentro siempre inquieta, no me entra la comida o no puedo parar de comer, me pongo tan nerviosa que me tengo que marchar de las reuniones con amigos, llevo mucho tiempo con dolor de estómago y de cabeza….” Esta ansiedad, que a priori puede resultar un problema menor, en realidad afecta e interfiere en muchas esferas de su vida: les desborda en situaciones sociales, les bloquea para realizar los exámenes, les hace explotar con su familia desgastando la convivencia, les hace creer que nos serán capaces de conseguir sus metas, y lo que es más grave aún… puede acabar desembocando en un problema más grave de salud mental, como la depresión. Además, cuando finalmente han considerado pedir ayuda para reducir esa ansiedad, la respuesta en gran parte de las ocasiones ha sido únicamente farmacológica pero no se les han proporcionado herramientas para poder tener un mayor control sobre ella.
Con esta iniciativa buscábamos que los y las jóvenes tuvieran al alcance de su mano una apoyo para gestionar esta ansiedad en contexto grupal y poder apoyarse también en una guía muy práctica y sencilla para que pudieran saber qué es realmente la ansiedad, que pudieran poner nombre a lo que estaban sintiendo, y sobre todo que pudieran tener estrategias para poder combatirla. Pensábamos que si ofrecíamos un espacio a estos y estas jóvenes que acudían a la entidad, desbordados/as y paralizados/as por la ansiedad, un espacio de encuentro con otras personas jóvenes en su misma situación, íbamos a conseguir no sólo trabajar con ellos y ellas estrategias de manejo de la ansiedad, sino también les íbamos a dar una oportunidad para quitarse la culpa, la vergüenza y la incomprensión que hasta el momento encontraban en otros círculos familiares y sociales, abriendo así la posibilidad de iniciar nuevos espacios de relación social, tan importantes en estas etapas de la vida como son la adolescencia y la primera juventud. Además, el poder contar con un “cuaderno de cabecera” les iba a dar una gran seguridad fuera de la intervención grupal, de forma que pudieran repasar conceptos, entrenar en casa lo aprendido con los ejercicios recogidos en la guía.
¿Qué se ha hecho para conseguirlo?
En el período de Mayo-Junio se realizaron dos talleres simultáneos en el que participaron un total de 17 jóvenes con problemas de ansiedad.
El taller constaba de sesiones generales, recogiendo una sesión adicional dirigida al manejo de la ansiedad ante los exámenes. Todas las sesiones fueron diseñadas y dinamizadas por profesionales de la Psicología Clínica, y estaban enmarcadas en un modelo de intervención cognitivo conductual. En ellas se han abordado cuestiones como: entender la ansiedad y sus causas, el papel de los pensamientos y emociones, técnicas cognitivas y conductuales para manejarlos, técnicas de relajación y la importancia de mantener hábitos saludables. Además, se ofrecía tiempo para que las personas que participaban pudieran plantear sus dudas y sus experiencias personales lo que, dentro de ser una experiencia grupal, se pudo trabajar también desde la parte más individualizada.
Por otro lado, se desarrolló un cuadernillo muy práctico sobre la ansiedad y su manejo. En este “kit de herramientas” se ofrece un contenido con carácter psicoeducativo sobre la ansiedad, sus formas de presentarse, causas o factores detrás de la ansiedad… y se complementa con ejercicios prácticos para poder realizarlos en casa. Este material no sólo se ha desarrollado cuidando que contenido fuera de calidad, sino que también se ha diseñado teniendo en cuenta que fuera atractivo, fresco y con un lenguaje adaptado a la población joven. Para las personas que participaron en el taller grupal, este cuadernillo les permitía repasar y entrenar lo aprendido, pero también es un material igualmente útil para todos los y las jóvenes, hayan participado o no en talleres grupales.
¿Qué se ha conseguido?
Aliviar el sufrimiento y los niveles de ansiedad, de hecho se evidenció a través de información cualitativa, pero también a través de información cuantitativa obtenida mediante una tasación pre y post del Inventario de ansiedad estado-rasgo (STAI) para la medición de la ansiedad.
Los resultados de esta comparativa confirmaron que un vez completado el taller, la puntuación media general era significativamente menor. Con respecto a la información cualitativa, los y las jóvenes señalaban que habían sentido el grupo como un espacio seguro, que se habían sentido aliviadas al saber qué les ocurría y saber cómo manejarlo. Además, agradecieron mucho tener el cuadernillo para poder recurrir a él en momentos en que identificaban que aparecían los síntomas de la ansiedad o bien para practicar las estrategias antes de exponerse a actividades o situaciones que podían producirles ansiedad. Normalizar y desestigmatizar la salud mental: Muchos de ellos y ellas han utilizado y compartido el material que se les ofrecía con otras personas de su entorno, en las que detectaban que podían estar sufriendo ansiedad. Además, empezaron a hablar con otras personas, amigos/as o familiares de su problema de ansiedad, contando que estaban en una Asociación para poder gestionarlo.
Prevenir problemas más graves de salud mental: como hemos señalado anteriormente, en muchas ocasiones la ansiedad es tan limitante que su impacto en la persona cada vez es mayor, derivando finalmente en un trastorno depresivo. A través de esta iniciativa hemos podido ofrecer una gran herramienta preventiva de problemas más graves de salud mental. Los y las jóvenes han aprendido estrategias para gestionar la ansiedad para enfrentarse de una forma más adaptativa a aquellas situaciones que la generan. Pero no sólo eso, sino que también han podido conocer otras señales de alerta a las que atender y que pueden estar escondiendo un problema mayor así como pautas de actuación para ello.
Reforzar su seguridad en el funcionamiento social: en gran parte de los casos, la ansiedad venía derivada o se disparaba principalmente a la hora de enfrentar situaciones sociales. Esto hacía que acabaran evitando este tipo de encuentros al activarse pensamientos anticipatorios sobre la aparición de crisis de ansiedad. Trabajar sobre esos pensamientos y haber ido enfrentando las situaciones con las herramientas adecuadas ha hecho que retomen progresivamente esos contactos. Por otro lado, a algunos/as de los y las jóvenes, la ansiedad les había llevado a un importante aislamiento social y habían perdido esta red de apoyo. Participar en el grupo les ha permitido conocer a otros y otras jóvenes con quienes identificarse y han iniciado nuevas relaciones sociales.
Vinculación con la entidad: el apoyo percibido por parte de los y las jóvenes sobre el apoyo que se les ha ofrecido desde la entidad, ha ido mucho más allá que participar en un taller puntual. Les ha dado la posibilidad de contar con una referencia para todo lo que puedan necesitar: el seguimiento psicológico que se realiza de cada uno/a de los/as participantes, la posibilidad de participar en nuevas iniciativas grupales para abordar otras cuestiones, pero también para recibir orientación y apoyo en otras cuestiones sociales, familiares, académicas o jurídicas que puedan necesitar.
¿Qué ha mejorado gracias a la Buena Práctica?
Los y las jóvenes con problemas de salud mental pueden identificar situaciones o señales de alerta en los que aparecen síntomas de ansiedad y tienen estrategias para poder afrontar lo que les está sucediendo. Cuentan con un espacio de referencia seguro al que pueden acceder para entender y compartir la situación que están viviendo y cómo poder afrontarla de la manera más adecuada. Conocer a otros y otras jóvenes con quienes identificarse e iniciar nuevas relaciones sociales. Prevenir problemas de salud mental más graves que puedan terminar en un trastorno depresivo. Poner nombre a la ansiedad en personas jóvenes y desestigmatizar los mitos, miedos y estereotipos que rodean a los problemas de salud mental.
¿Cómo se podría replicar en otras entidades?
Esta buena práctica puede aplicarse a cualquier entidad que trabaje con población infanto-juvenil. El kit de herramientas está adaptado a este colectivo y cabe la posibilidad de nutrirlo con más ideas o aportaciones.